Guardián del Valle: impulsando el big mountain bike

Todos somos naturaleza

Hace dos años un ambicioso proyecto se propuso ascender y descender en bicicleta algunas de las montañas más altas de Chile, todas sobre los 5.000 msnm. Entra a nuestro nuevo blog para leer la entrevista que hicimos junto a Ladera Sur a nuestro amigo Karün, ¡Patricio Goycoolea!

Hace dos años un ambicioso proyecto se propuso ascender y descender en bicicleta algunas de las montañas más altas de Chile, todas sobre los 5.000 msnm. Hoy con cuatro capítulos y diversos premios de festivales de cine outdoor a su haber, no sólo lograron su cometido: también impulsaron el desarrollo de una nueva disciplina deportiva que entremezcla el mountain bike y el montañismo. Hoy junto a Ladera Sur queremos invitarte a leer la entrevista que realizamos a Patricio Goycoolea, deportista chileno, amigo Karün y creador de la serie audiovisual Guardián del Valle.

Apasionado por la conexión con la naturaleza, intrigado por las historias que tienen que contar cada cumbre que ha conquistado y también las que aún tiene por lograr arriba de dos ruedas, y un encantado de entregar a todos los conocimientos que las montañas le han otorgado a través del big mountain bike; Patricio Goycoolea ha recorrido gran parte de Chile y Sudamérica arriba de su bicicleta, persiguiendo sus pasiones y conectándose con lo salvaje de la naturaleza.

Parecía una tarea imposible, pero no. Lo que comenzó como una idea ambiciosa entre amigos amantes del mountain bike, terminó convirtiéndose en un proyecto audiovisual que ya suma diversos premios en festivales de cine outdoor, y en la creación de una nueva disciplina deportiva conocida como big mountain bike, deporte que ha cruzado fronteras y que entremezcla la destreza del mountain bike con la exigencia física del montañismo. Aquí la preparación, conocimientos y concentración son clave. Sobre todo debido a las duras condiciones del terreno: piedras sueltas, importantes desniveles, sin huellas que guíen el camino, nieve y la falta de oxígeno.

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Foto por Patricio Goycoolea

Guardián del Valle es una serie audiovisual que registra la hazaña de Patricio Goycoolea y otros deportistas nacionales –e invitados internacionales– quienes se propusieron ascender y descender en bicicleta grandes montañas de Chile; todas superiores a los 5.000 msnm e incluso algunas sobre los 6.000 msnm, las cuales tienen importantes historias que contar: “Llevo varios años siendo guía de montaña y cuando me tocaba guiar grupos en el cerro El Plomo, siempre les decía a los turistas que era el guardián del valle, porque en lengua quechua se conocía como Apu Wamani. Los Inca tenían distintos apu a lo largo de la cordillera de los Andes donde se hacían sacrificios en las cumbres de estas montañas que veneraban. Así que este proyecto no solo buscaba subir estas grandes montañas en bicicleta, sino también dar a conocer el gran trasfondo arqueológico que tienen cada una de las montañas que visitamos”, cuenta Patricio Goycoolea, creador de Guardián del Valle.

El primer apu que subieron fue el El Plomo (5.424 msnm), en enero de 2017, montaña sagrada para los inca en cuya cima se encuentra un reconocido lugar de sacrificio en donde en 1954 se halló el cuerpo de un niño enterrado vivo hace más de 500 años como ofrenda al dios Inca Inti (sol). Su cuerpo congelado en perfectas condiciones, fue el testimonio visible de la antigua ceremonia de la Capacocha celebrada por la civilización incaica. 

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Llevo varios años siendo guía de montaña y cuando me tocaba guiar grupos en el cerro El Plomo, siempre les decía a los turistas que era el guardián del valle, porque en lengua quechua se conocía como Apu Wamani"

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Desde entonces, el equipo de Guardián del Valle se han convertido en los primeros en ascender y descender en bicicleta grandes montañas como el volcán Ojos del Salado (6.893 msnm, el volcán más alto del mundo); el volcán San José (5.856 msnm); el volcán Maipo (5.323 msnm) y –el último de ellos–, el volcán Llullaillaco (6.739 msnm), el santuario inca más alto del mundo, en noviembre de 2018. Esta última hazaña está presente en el cuarto capítulo de Guardián del Valle que este año ha sido presentado en distintas ciudades del país, entre ellas Puerto Varas, donde se exhibió en la Casa Karün (pincha en el enlace para conocerla), nuestro centro corporativo y tienda oficial, el pasado mes de agosto y estará participando en el próximo Mountain Film Festival que se celebrará en noviembre en Casas de Lo Matta, Santiago.

¿Cómo surge este proyecto?

“Guardián del Valle nació con la idea de llevar la bicicleta un poquito más lejos de los límites actuales. Nació de simples salidas con amigos a pedalear, y de repente íbamos pedaleando al morro Guayacán, al bike park Durazno, a los típicos sectores acá de Santiago y nos decíamos a nosotros mismos: ¿y si vamos al cerro Provincia? ¿A la travesía de la Sierra de Ramón? Y así fue naciendo la idea de ir un poco más lejos con la bici hasta que llegamos a hacer el cerro El Plomo. Fue el primer capítulo de Guardián del Valle en 2017 y ya son 5 montañas pero 4 capítulos audiovisuales, porque en uno juntamos dos montañas del Cajón del Maipo. En todas las montañas menos en El Plomo, hemos sido los primeros en ascender y descender en bici la montaña”.

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"En todas las montañas menos en El Plomo, hemos sido los primeros en ascender y descender en bici la montaña

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Foto por Patricio Goycoolea

¿Cómo se preparan y aclimatan para una travesía de este estilo?

Tenemos la suerte que acá en Santiago tenemos montañas sobre los 5.000 metros como El Plomo y el volcán San José, entonces siempre hacemos aclimataciones previas cerca de la ciudad y, en el caso de la montañas sobre 6000 msnm, vamos haciendo aclimataciones diarias en el lugar. Uno se prepara antes del viaje y allá hacemos porteos de altura, donde subimos un poco después bajamos, dejamos cosas arriba y bajamos a dormir y vamos viendo cómo se comporta el grupo y cómo va funcionando cada uno y vamos alivianando peso. Entonces nos va haciendo más fácil la tarea para el día de cumbre”.

Y más allá de la preparación física, ¿qué tienen en cuenta al momento de organizar la expedición?

“Bueno, ese es el trabajo más arduo. Son meses de preparación para estudiar bien las montañas, elegir el equipo adecuado para ir, pero también –como es un proyecto audiovisual–, hay muchas reuniones para poder levantar las lucas. La preparación de logística va por parte de Inner Mountain, mi pyme de montañismo, donde hacemos los estudios previos y elegimos a los equipos de personas que van a ir con nosotros. Generalmente nos juntamos unos tres meses antes una o dos veces al mes donde vamos planeando el viaje, viendo la logística y a las personas que efectivamente podrían subir con nosotros”.

¿Cómo definirías esta nueva disciplina o concepto de big mountain bike?

“Es algo completamente nuevo. Nace desde que empezamos nosotros, siendo humilde en lo que estoy diciendo... Antes nadie hablaba del big mountain bike hasta que hicimos el Instagram y se empezó a difundir. Hay mucha gente hablando del tema, en la última expedición al Llullaillaco invité a un alemán que es súper conocido en el tema de salidas más de exploración y aventura con su fotógrafo, un suizo, y nos hicieron reportajes en 11 revistas distintas de 11 países distintos, China, Polonia, Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos y eso también nos ha abierto las puertas para que esta disciplina se conozca en otras partes del mundo. En Chile somos privilegiados, igual que en Argentina y otros países que tienen la cordillera de los Andes, que somos países que tenemos montañas sobre 6.000 metros que se pueden subir y bajar en bicicleta. Porque si vas a los Himalayas por ejemplo, y vas a subir un cerro sobre 6.500 metros, lo más probable es que sea una pared de hielo y no puedas bajarla en bicicleta. Geográficamente hablando, acá tenemos ese gran beneficio y el big mountain bike está dando que hablar”. 

Desde que comenzaron con el proyecto, cuenta Patricio Goycoolea, es cada vez más común ver a personas interesadas en esta disciplina. Él mismo ha guiado grupos al cerro El Plomo y pronto a Ojos del Salado, para que más personas se atrevan a subir ese siguiente nivel de manera consciente y segura junto a un equipo de profesionales. Pero, para quienes aún no logran definir en qué consiste esta disciplina, es lo más parecido a una expedición de montañismo a la que se suma una bicicleta que en varios tramos tendrán que cargar sobre su hombro. Es el peso extra de aproximadamente 14 kg sólo en la bicicleta, sumado al desafío de descender por las laderas de un terreno sin huellas, material suelto y bastantes obstáculos.

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"En Chile somos privilegiados, igual que en Argentina y otros países que tienen la cordillera de los Andes, que somos países que tenemos montañas sobre 6.000 metros que se pueden subir y bajar en bicicleta"

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Foto por Patricio Goycoolea

¿Cuál es el equipo necesario para practicar el big mountain bike?

“Es equipo de alta montaña. El tema del big mountain bike es que este concepto o disciplina se asocia mucho más a la montaña que a la bicicleta. El equipo técnico va asociado a la alta montaña (crampones, piolet, ropa especializada, etc.) y la bicicleta también tiene que ir preparada para la alta montaña. Son bicicletas de doble amortiguación, de enduro, pero con neumáticos más preparados, de alambre, que son un poco más pesados pero más resistentes a los impactos de roca. Cualquier pinchazo allá arriba se complica y lo que menos quieres es que te pase eso después de subir 10 horas hasta llegar a los 6.000 metros.

También, hay todo un tema técnico como GPS, botiquín, conocimientos de primeros auxilios, teléfonos satelitales y conocimientos de mecánica para la bicicleta. Son varios los factores a considerar en una expedición de este calibre. A nivel más personal, también uso accesorios cómodos. Tengo los anteojos Kona de Karün, el nuevo modelo deportivo que sacaron, y son bien ricos y cómodos para usarlos. En todas las expediciones los uso”. 

Durante la última expedición que hicieron al volcán Llullaillaco, Patricio y su equipo tuvieron que enfrentar a condiciones bastante difíciles. ¿Podrías contarnos más detalles sobre esa situación?

“El volcán Llullaillaco es de los ascensos más duros que me ha tocado personalmente. Es una montaña que está muy lejos, en la frontera de Chile con Argentina en las latitudes de Antofagasta hacia el Este. Tuvimos que navegar con GPS con información muy escasa del lugar y llegar ya fue complicado. Todo lo que es el ascenso es muy duro porque es un volcán muy largo. Nos tomó en total como 7 días realizarlo. Siempre lo que más cuesta superar es el frío.

Nosotros para esta ocasión partimos a las 12 de la noche desde nuestro campamento alto que estaba ubicado a 5.600 msnm. Partimos el ataque a cumbre y llegamos a eso de las 2 y media de la tarde. Nos demoramos 14 horas y media en llegar y todo este tema del big mountain bike tiene la dificultad extra de la bicicleta y la logística que conlleva cargar la bicicleta a los 6.500 metros. Obviamente que en el caso mío como soy el responsable de los grupos que vamos, tengo que ver también que todo el grupo esté en buen estado, óptimos para subir, porque el tema de la altura es complicado. Tienes que ver cómo se comporta el corazón y el cerebro, puesto que la falta de oxígeno puede provocar edemas. No es llegar y subir el cerro”.

Durante esa expedición, que duró 14 días incluyendo aquellos destinados para aclimatar en zonas cercanas como el salar de Tara o Catarpe en los alrededores de San Pedro de Atacama, no todos lograron la meta. Un día antes de intentar la ascensión a la cima, Gerhard Czesner, quien estaba acampando en la base a una altura de 5.300 msnm, anuncia al equipo que no subirá. Había pasado una pésima noche y la altura lo había afectado más de la cuenta. Los demás iniciaron el ascenso desde el campamento alto a 5.600 m. Había una temperatura de -25º C y llevaban 2 a 3 horas caminando en la oscuridad sobre el hielo con las bicicletas al hombro. Siguieron caminando con los pies y cuerpos congelados, agotados, hasta que llegaron a la cima. Después de 14 horas y media de exigente ascenso, sólo quedaba deslizarse cerro abajo. Regresaron a los 6.350 msnm, la parte alta del cruce de glaciar, donde los esperaban más de 1.000 metros de desnivel de puro freeride de altura.

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"(...) todo este tema del big mountain bike tiene la dificultad extra de la bicicleta y la logística que conlleva cargar la bicicleta a los 6.500 metros"

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Foto por Patricio Goycoolea

¿Qué recomendarías a alguien que quiere aventurarse por primera vez en el big mountain bike?

“Primero, que se atreva a explorar estos nuevos límites y senderos. Es una disciplina dura pero increíble y mi recomendación es que se atrevan, pero que cada vez que vayan a esta aventura se preparen bien, tengan conocimientos previos, estudien bien el lugar, aclimaten bien, se preparen físicamente y que siempre estén chequeando el clima. El tema con la alta montaña en zonas remotas es que puede involucrar factores más graves si es que no estás bien preparado o no tienes los conocimientos adecuados para poder ir. Así que mi recomendación es que profesionalicen lo más posible, que estudien la montaña y disfruten”.

Ahora que ya llevan 4 capítulos de Guardián del Valle, ¿qué balance haces de este proyecto?

“Mirando hacia atrás en verdad esto ha sido algo increíble no sólo por mí personalmente, sino por cómo ha crecido el concepto del big mountain bike. Esto tiene que ver con el amor a lo que se hace. Lo veo con mucho cariño y mucho potencial por delante. Porque cada año se ve cómo va creciendo el interés en la gente por querer hacer algo nuevo, porque esto al final es algo nuevo. Así como hace 50 o 60 años se creó el randonee en el esquí, esto es un poco lo mismo con la bicicleta. Algo nuevo que lleva sólo dos años, pero donde ya se ve el interés en la gente”.

¿Qué proyectos se vienen más adelante?

“Tenemos varios proyectos. En Guardián del Valle, a fines de octubre o principios de noviembre, es la trilogía Inca cerca del Valle del Elqui, un lugar súper potente con un gran trasfondo arqueológico Inca y Diaguita. Es un trabajo con gente local que va a estar súper entretenido.

Después tenemos un proyecto que es ir a subir el Kilimanjaro en África y otro para este verano, donde queremos cruzar los campos de hielo sur en bicicleta, ligado a la exploración y la aventura. Son como 12 días en total, vamos a cruzar de este a oeste”.

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Foto por Atila Madrona

 

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